domingo, 21 de marzo de 2010

¿Por qué las personas se meten a la política?


Para sacrificar su vida por los necesitados, ayudar a mejorar el sistema, transformar su deficiente nación en potencia, tener la satisfacción de que actuaron como patriotas desinteresados que ayudaron a quienes después les olvidaron. Desgraciadamente esa no es la respuesta. Y en nuestro México solo es necesario ver como funcionan las cosas para tener el valor de firmar ante notario que casi el cien por ciento de los políticos no sirve, y no quiere servir, para nada.

Hacerse ricos sin trabajar un solo día al año, conseguir inmunidad ante las leyes, pisotear a quien no les agrade, destilar prepotencia y arrogancia por todos lados, en suma: tener todo el poder. Esa es la respuesta y las circunstancias no permiten siquiera soñar con que sea otra.

Que una persona trabaje día y noche por su cuenta para que pasado algún tiempo pueda gozar de grandes comodidades hace de ella alguien admirable, pero que quieran conseguir toda clase de bienes a costillas de los impuestos de los ciudadanos como viles y despreciables ladrones, es algo que no sé por qué le seguimos tolerando a nuestros políticos.

Por supuesto que en todo el mundo habrá uno o dos políticos que no quieran ningún beneficio personal y se conformen con la satisfacción de hacer un bien a su patria. Uno o dos no más. Casi todas las personas son ambiciosas y es comprensible que entren en política con la intención de lograr reconocimientos importantes. No está mal, la ambición es el motor de las sociedades. Pero los cerdos despreciables que nunca piensan en sus electores y solo ambicionan dinero y mas dinero sin merito alguno son los que por desgracia padecemos mucho.

Lamentablemente todos los políticos que tenemos son tremendamente ambiciosos, igual son en los países mas desarrollados, pero mientras que aquellos consiguen atraer la fortuna haciendo grandes cosas para el bienestar de su patria, los nuestros la consiguen robándose los impuestos, dejándose sobornar, traicionando a sus electores en cada momento y actuando como los más cobardes del mundo ante la adversidad.

Desde luego que necesitamos en nuestro destrozado país a políticos ambicionaos, pero de los que buscan saciar su ambición con el reconocimiento de sus compatriotas y de la historia, no de los criminales que se dedican a robar con el mas absoluto descaro. Y es de estos últimos de los cuales tenemos por miles.

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