Comunismo: el arte de repartir el hambre

Que el capitalismo genera pobreza en todo el mundo es innegable e inevitable, y cuesta años entenderlo y de mala gana aceptarlo. Pero, aunque no sea equitativo, da oportunidades y, lo que es mejor, algunas veces también da a cada quien lo que merece de acuerdo a su esfuerzo. No es eso la perfección pero buscar ésta ha costado millones de vidas y no se le ha encontrado.

Aceptar sus reglas, ya lo dije, no es sencillo. Yo en mi adolescencia y todavía poco después fui de izquierdas, lo que es igual a ser totalmente idiota. Y eso me llevó a una buena cantidad de discusiones con mi padre, que es un hombre inteligente y trataba siempre de explicarme con ejemplos lo valiosa que es la Libertad. Por fortuna lo logró. Y lo mejor es que ocurrió antes de que hiciera estupideces como participar en manifestaciones o, peor aún, afiliarme a un partido, de ésos que están llenos de gritones idiotas.

El hecho de haber sido de mentalidad izquierdista no es para avergonzarse. Le puede pasar a cualquier persona que tenga buenas intenciones y un poco de ignorancia. Quien ve el sufrimiento humano producto de la pobreza extrema no es raro que piense que se debe a que hay quienes tienen mucho, mas de lo que les hace falta para vivir, y que también tienen empleados a los que explotan vilmente pagándoles una miseria. Por lo imperfecto que es el capitalismo, que es el reflejo de las ambiciones del ser humano, refutar eso no es posible. Cierto, hay explotadores y, por consecuencia, explotados. Pero no siempre, como piensan los de izquierda, por causa de la maldad y la avaricia, sino que también es consecuencia de las capacidades y defectos como la pereza, el despropósito y el fanatismo.

Cualquier persona que no soporte ver la pobreza sin duda quiere algo mejor que el capitalismo para su país, pero en este caso ya no hay mejor opción. Y es que por malo que sea tiene sus ventajas: garantiza la propiedad privada y la posibilidad de prosperar gracias a la dedicación y al trabajo, que es la única forma en que un hombre libre puede descubrir que la vida tiene sentido.

Y si es bien cierto que el capitalismo garantiza la pobreza en un alto porcentaje de la población de un país, el comunismo da la total seguridad de que esa desigualdad desaparecerá, eliminando la clase alta y media y estableciendo la pobreza como único derecho del hombre. Y ahí no termina la cosa, porque dentro del capitalismo un hombre de bajos recursos tiene el derecho de luchar y conseguir mejorar su situación, mientras que en el comunismo un intento de dejar de ser igual que los demás es motivo suficiente para perder la vida. Por poner un ejemplo: el capitalismo da a todas las aves la libertad de volar a la velocidad y altura que quieran de acuerdo a sus capacidades, y el comunismo sugiere que a todas hay que cortarles las alas y hacer que caminen como las gallinas.

Muy por el contrario de lo que muchos piensan, el comunismo lejos está de garantizar el sustento de los desheredados, lo único que si es seguro bajo ese régimen es que los que tienen mucho o poco lo perderán, lo que les quiten pasara a manos del Estado, y allí todo lo que es bueno deja de servir, la empresa que funcionaba extraordinariamente bien pasa a ser una aspiradora de recursos que ya nada proporciona y, por lógica, no hay nada que dar a nadie.

Y eso de que las empresas privadas cuando pasan al Estado se convierten en una ruina lo afirmo porque los servidores públicos no tienen que trabajar para que les paguen, por lo tanto poco les importa que la empresa prospere o no. De tal manera que los viejos pobres que ya existían y los nuevos que creo el Estado tienen que conformarse con lo poco que hay y no existe la forma de que ninguno pueda mejorar su situación. Ahí ya no importa si un hombre es inteligente, tiene iniciativa y está dispuesto a jugarse el todo por el todo con tal de prosperar, porque el Estado todo lo acapara.

Pero a pesar de que el comunismo ya fracaso en una enorme cantidad de países y de que muchas personas sensatas que lo profesaron han aceptado su error y ahora lo repudian, siguen existiendo necios que lo ven como la única forma de reivindicar al hombre. Quien conoce la historia del comunismo, el daño que genero en el siglo pasado, y sigue fiel a él, no merece ni siquiera la lastima que causa quien ignora que comunismo y esclavitud son sinónimos.

A muchas personas les hace falta comprender que mientras que dentro del capitalismo a los pobres los genera la avaricia, la pereza, la poca inteligencia, la falta de preparación, la inexistencia de carácter, la explotación y otros tantos factores, dentro del comunismo los pobres son producidos por el Estado. Y también es cierto que dentro de un régimen comunista hay personas ricas que no corren el riesgo de que su empresa quiebre como sucede en el capitalismo, porque éstos son, desde luego, los que integran el gobierno, los pocos buitres que conservan las alas y desde las alturas observan como las gallinas se mueren de hambre.