sábado, 23 de junio de 2012

No hay cárcel para políticos ineptos



Desde hace ya bastantes siglos es bien sabido que quien, de manera intencional o no, comete un error que genera un daño, habrá de pagar por él con dinero o con cárcel, pero se está exento de ello si se es servidor público. Hay muchos en prisiones por robar un auto, una cartera con el salario de una persona, productos de una tienda, etc, pero para quien manda a un país a la quiebra, que significa que millones de personas perderán su auto y no valdrá nada el dinero de su salario, curiosamente no va a la cárcel, no se le repudia y la mayoría de las veces se va al retiro con una jugosa pensión.

Este fenómeno es bastante extraño, porque se repite y se repite desde hace siglos... o milenios. Los políticos se dan el lujo de tirar el dinero en las peores estupideces, de robarlo, claro, de embarcarse en proyectos irrealizables e improductivos, de cometer un error tras otro y otro peor para tratar de solucionar los dos anteriores, y todas estas prácticas curiosamente muy raras veces ameritan un castigo.

Habrá algunos políticos honestos, poquísimos, desde luego, que no se enriquecen en sus puestos, pero que cometen muchos errores. A un político corrupto a veces se le envía a prisión, pero a un idiota jamás. No hay cárcel para los políticos ineptos. Como la gran mayoría, haciendo cuentas, lo son, se protegen entre sí. Si cae uno, caen todos.

Hace algunos años, cuando empezó la crisis que hoy tiene al mundo de cabeza, en Corea del Norte, si mal no recuerdo, pasaron por las armas a un ministro precisamente con el argumento de que sus errores habían provocado la crisis. El caso me sorprendió por su rareza. Es cierto que en una dictadura el amo y señor se reserva el derecho de fusilar a quien sea y con el argumento que sea para él mantenerse en el puesto, pero aun así fue un caso raro porque es difícil ver que se castigue a un político por idiota.

Ahora que varios países de Europa están viviendo su peor crisis en años, y que está más que comprobado que se debe a la ineptitud de sus lideres, no se habla de enjuiciar a nadie. La cosa es increíble, pero es bien cierta: en la política ser corrupto raras, muy raras veces es motivo para ir a prisión, pero ser idiota nunca.

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