Hace un año, cuando México ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos,
le dio brillo a su titulo de Gigante de la Concacaf , incluso parecía que iniciaba una etapa
nueva en la que la selección podría llegar a medirse con las potencias y hacer
un buen papel en la entonces próxima Copa Confederaciones y en el mundial 2014.
Hoy ya nadie quiere acordarse de eso. Nada de la generación de oro, de
los nuevos niños héroes y de quién sabe qué más tonterías. El equipo se fue
hasta el suelo y al parecer ya no hay retorno para reubicarse en el camino de
aquí a Brasil.
Si algo positivo puede salir de esto, es que tendrá que haber una
reestructuración drástica en la que muchas cabezas saldrán rodando. Esperemos que
sean las indicadas y que la selección juegue más y haga menos comerciales la próxima
vez. Porque si algo es seguro es que había buenos jugadores como para hacer un
buen equipo. Sólo que no supieron
ponerlos a jugar.
A ver qué empresa renta a los seleccionados en el próximo año para que
promocionen sus productos en la tele. Lo más seguro es que ninguna.
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