viernes, 27 de septiembre de 2013

Se le juntan los problemas a Televisa

La televisora más importante de Latinoamérica pareciera que va en caída libre. Ya desde hace unos años, perdió credibilidad con la juventud estudiantil mexicana por culpa de ese amasiato que la une a un partido político o a otro según se perfile un candidato ganador.

Son muchos los que en las redes sociales abogan para que los mexicanos no vean sus contenidos y las estrellas de su programación son muy odiadas por varios sectores de la población, sobre todo por las juventudes izquierdistas y universitarias, que son legiones enteras.

Y recientemente las cosas han empeorado. La Selección Mexicana de Fútbol parece que no irá al mundial, lo que hará a Televisa perder una fortuna.

El último problema en surgir, que no el menor, es que su conductora estrella, la culta, refinada y sumamente inteligente Laura Bozzo, esa Oprah latina con un desmedido afán de protagonismo y que exhibe, para cualquier persona con un mínimo de sensatez, una farsa tras otra, acaba de golpear de forma contundente la poquísima credibilidad que tenía -entre los sectores más desletrados de México- al ir a Guerrero con la capa de Superman puesta y gastando dinero del erario público, más propiamente dicho del Estado de México, al utilizar uno de sus helicópteros, el que según el gobernador llevaba ayuda en especie y terminó llevando a Laura y a su novio.

El desliz de Laura, que ahora es acusada de armar un circo con la desgracia de los guerrerenses, un circo como los que arma cada día en sus repugnantes programas, tan grotescos y abominables como su personalidad -y va por delante que no hablo de su rostro, ése es terreno de la naturaleza en el que yo no me meto-, provocó que los mexicanos en masa clamen en las redes sociales porque sea expulsada de México. Incluso no falta algún desequilibrado que aboga por su muerte.

El problema, a fin de cuentas, no es de Laura, ella encontrará, si logran correrla de aquí -Dios, ¡que así sea!- otra televisora en otro país donde puede salir con su argentino y gritar “¡Que pase el desgraciado!”.

Pero Televisa sí tiene problemas. Los contenidos quizás no siempre ciertos pero libres de censura y de amañamiento que ofrecen otras fuentes, por ejemplo el Internet, van dejando a la poderosa televisora relegada, despreciada, como un producto caduco que sólo consume quien no tiene acceso a otra fuente de información y de entretenimiento.

Televisa pretende seguir siendo el poderoso medio que otrora hacia la opinión pública. Pero eso ya va terminando. Sus “verdades” son desmentidas y repudiadas en la red apenas salen al aire. Televisa ya casi no produce opinión pública, produce y vende material degradado, que genera odios, críticas y separatismo entre la sociedad. Una noticia ya prácticamente sólo hace falta que la difunda Televisa para que a ojos de los mexicanos sea una mentira.

Y pareciera que pretenden, quienes mandan allí, salir del hoyo por abajo. Eso de poner a Laura Bozzo, ese contaminado desde siempre producto de entretenimiento destinado a los más ignorantes, a que le busque pleito a una periodista sensata como Carmen Aristegui, es un recurso de lo más vulgar, por decir lo menos.

Así están las cosas y con el paso del tiempo empeorarán…, igual que sus telenovelas.

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