Los admiradores del régimen cubano dicen que en la
isla todos son iguales, que si bien el país es muy pobre, de lo poco que hay se
reparte a todos: la revolución provee de alimentos, estudios, salud y justicia
a todos sus hijos. Cuba, como apuntan varios escritores, es un país famoso por
los logros revolucionarios: la salud, el deporte y la educación; y sus
fracasos: el desayuno, la comida y la cena. De los logros se sabe que muchas
veces son supuestos e incluso alteraciones, y en cuanto a los fracasos, está
comprobado que son una aterradora realidad.
Pero se supone y se pregona por el mundo que esos tres
logros y esos tres fracasos son para todos, para cada ciudadano cubano. ¿Quién
podría imaginar que Cuba es un país racista? ¡Imposible! Cuba no tiene una
mayoría caucásica como Estados Unidos, donde por siglos los blancos de ojos
claros han reclamado su superioridad racial sobre los negros. Cuba es un país
con una mayoría de mestizos, de españoles que se mezclaron con los moros y que
después viajaron a América a mezclarse, por segunda vez, con los indios. Así las
cosas, ¿cómo podrían los cubanos ser racistas si en su mayoría son morenos? Además,
sería lógico que el primer logro de la revolución, desde el primer día de enero
del 59, haya sido el de erradicar esa plaga tan propia del imperialismo yanqui como
lo es el racismo.
Cuba no puede ser racista, va contra la conducta
revolucionaria y contra el igualitarismo comunista. Pero, sin embargo, lo es. Algo
de lo que el izquierdismo latinoamericano disfrazado de intelectualidad
pacifista nunca habla, y que el régimen cubano no ha podido ocultar, es que,
según muchos investigadores poco o nada escuchados, en Cuba la población más
pobre de entre tantos pobres es la negra, al igual que la población de las cárceles,
y, por otro lado, la cúpula poderosa del partido en el poder brilla por su casi
total ausencia de negros, las universidades igualmente.
¡Es casi como si se estuviera hablando de los Estados
Unidos!, donde, sin embargo, ya tienen un presidente negro. Podría decirse que
los blancos y rubios yanquis imperialistas, crueles y belicosos van un paso
adelante para erradicar el racismo que la igualitaria revolución cubana.
Un dato importante que tampoco se menciona mucho es
que Fidel Castro, cuando envió durante décadas a África cruzadas
revolucionarias -la primera encabezada por el propio Che Guevara-, las conformó
de cubanos negros. El pretexto de por qué eran sólo negros fue que como se
trataba de África era la mejor manera camuflar a los soldados entre la población
africana y sacar a Cuba bien librada de un conflicto internacional. Pero lo
extraño es que el propio Fidel habló algunas veces largo y tendido, y con
orgullo, de la intervención cubana en África. Como que no le interesaba tanto
que la cosa fuera secreta, después de todo.
¿No será que enviaba negros a morir sólo porque… eran
negros?
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