El gobierno federal presume orgulloso que el año
pasado casi 24 millones de turistas extranjeros visitaron México. La cifra sería
estupenda de no ser porque no llega ni a la mitad de España, que fue visitada
por 60 millones de extranjeros durante el 2013.
Para quien frunza el ceño y diga que eso se debe a que
España está cerca de países ricos con personas que pueden darse el lujo de
viajar, le recuerdo que Europa está sumergida en una nada envidiable crisis económica
y que México también tiene un vecino muy rico. Ahora bien, en cuanto a los
atractivos no se puede decir que México tiene qué envidiarle a España. Playas,
tenemos muchas, paisajes, también, en arquitectura antigua lo que no tenemos en
gótico lo compensamos con ruinas prehispánicas.
Para no hacer el cuento largo, México es visto alrededor
del mundo como uno de los países más atractivos para visitar. Y no hace falta
que el gobierno gaste una fortuna en promoción, las bellezas del país que están
allí por obra y gracia de la naturaleza y de los nativos que habitaban el
territorio antes de la colonización están ya bastante bien promocionadas.
Pero hay un problema, casi a nadie con sensatez se le
antoja visitar un país donde los cárteles de la droga hacen sentir su poder con
métodos más espeluznantes que los usados por los terroristas de Al Qaeda. Que
el crimen organizado ha mermado el turismo es una verdad tan grande como una pirámide.
A mediados del siglo pasado, cuando el mundo era más pobre, México era el destino
de turistas de todas partes, estrellas del cine, aristócratas, políticos. Aquí
pasaron su luna de miel dos de los que serían después presidentes de los
Estados Unidos, John Kennedy y George W. Bush.
En cuanto a los poderosos que pueden pagarse una buena
escolta, quizás no se quedan con las ganas de venir. Pero la clase media ya
mejor se fija en otras partes del mundo, aunque sean más aburridas. Se les
comprende, a nosotros no nos atrae mucho por ahora visitar Irak, aun con su
estupendo patrimonio arqueológico. Y si tomamos en cuenta que hoy por hoy México
es más peligroso que Irak entenderemos fácilmente por qué el turismo, que podría
ser uno de nuestros puntos fuertes en economía, está muy lejos de provocar el
mismo derrame económico que provoca en países menos atractivos, pero mucho más
seguros.
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