jueves, 20 de marzo de 2014

Ganarse el Melate: suerte y no estadísticas

México es un país donde las posibilidades de prosperar, debido a los altos impuestos y las complicadas leyes laborales, son pocas. Más aparte, realmente el nivel cultural de la población es demasiado reducido como para que destaque un Steve Jobs cada semana. Quizás todos o casi todos los mexicanos saben eso, por ello muchos mejor se lo dejan todo a la suerte y se ilusionan con ganarse el Melate o a sus hermanos menores: Revancha y Revanchita, juegos que almacenan las mayores bolsas acumulada en sorteos dentro del país.

Ganarse el primer premio en uno de estos juegos no requiere inteligencia, ni esfuerzo -solo el necesario para proveerse de 30 pesos-, es decir, es la forma ideal por la que muchos mexicanos añoran la riqueza. Cierto que hay quienes creen que hay ciencia en ello, que los números deben de ser estudiados en su comportamiento durante el historial de los sorteos, entender ese comportamiento y después, una vez que se logra tenerlos bien enganchados a todos, descifrar la combinación ganadora del próximo sorteo, ganar la bolsa acumulada, que a veces anda hasta por los 200, 300 o 400 millones, cobrar el premio, mudarse a París, comprarse un departamento de lujo, asistir a lugares para gente VIP, codearse con celebridades y nunca, nunca jamás en la vida volver a levantarse a las cinco de la mañana para ir a trabajar.

Lo anterior es falso. No hay formula para saber cuál será la próxima combinación ganadora. Y creer en ella es una estupidez. Sencillamente no tiene la más mínima lógica pensar que se puede descifrar tal cosa estudiando los resultados semanales de los últimos años. ¿Por qué? Porque no hay un punto de partida, no son caballos, ni equipos de fútbol, son esferas que se mueven con la energía del aíre y que toman un rumbo indeterminado según el choque entre ellas, la dirección de los remolinos, la velocidad y los segundos que dan vueltas. Que muchas han salido muchas más veces que otras no tiene una razón matemáticamente justificable. La esfera 1 no es Messi y la esfera 56 el Chicharito para poder hacer una evaluación y predecir posibles resultados, todas son iguales, miden y pesan lo mismo.

Insisto tanto en ello porque hay mañosos que hasta libros venden para aprender a calcular el resultado de los sorteos. Si esos libros fueran fiables, los autores no estarían vendiéndolos si no que estarían en el Mediterráneo navegando en sus yates. ¿Qué los matemáticos sí son capaces de descifrar la combinación ganadora? Falso, yo conozco a algunos que son pobres y sospecho que millones de mexicanos conocen a otros. Además, viendo las cosas con lógica, si alguien ya aprendió a descifrar las combinaciones ganadoras, estaría ganando cada semana y ya habría dejado en la ruina al gobierno. Así las cosas, no se crean que hay truco para ganar, y déjenlo todo a la suerte. Es lo más sensato, aunque quizás no en México…

Dicen por ahí que los grandes premio son reservados…, que como por seguridad no se revela quién gana, probablemente los últimos dos han caído en el gabinete presidencial. Quizás, nunca se sabe.

Aunque hay varias cosas que refutan esa teoría de los fraudes. Cierto que hace tiempo circuló mucho la noticia de un atraco monumental, pero éste surgió en el seno interno de quienes hacen el sorteo por medio de una maquina del tiempo a la mexicana. Pero volvamos a ver cuáles son las cosas que refutan la posibilidad de los fraudes:

1-. La cantidad de números ha aumentado con los años, lo que indica que el Estado realmente no quiere que se lo ganen, pero como esto es posible, aleja las posibilidades matemáticas ampliando las posibilidades de perder. Si hubiera un fraude concertado, ¿para qué aumentar la cantidad de números si de todas formas nadie estaba destinado a ganar?
2-. Los famosos que acuden como padrinos. Sería difícil mantener silenciados a tantos, alguno ya se habría ido de la boca es una borrachera con sus amigos.
3-. El seguimiento que los jugadores pueden dar al sorteo en su página de Internet gracias a las cámaras que filman todo. Parece un proceso confiable.
4-. Que las esferas tienen un chip que las controla y que de esa forma son seleccionadas las que entran en los tubos por una computadora podría ser... aunque me parece mucha tecnología para México. Además, siendo realistas, la presión y la fuerza del aire podría ocasionar "accidentes".

Pero en fin, en México todo lo truculento es posible y tratándose de cantidades altas de dinero, más. Y a las sospechas de fraude se juntan las escasísimas posibilidades de darle a la combinación ganadora -por suerte y no por cálculos precisos, insisto-. Aunque aquí cabe hacer otra aclaración que pueda levantar el ánimo de los desanimados. Veamos, los estudiosos del tema dicen que al comprar un boleto se tienen 0.00003% de posibilidades de ganar debido a la cantidad tan alta de posibles combinaciones. Desalentador. Sí, pero se le puede ver de otra forma. Digamos que cuando una persona selecciona sus seis números tiene 50 posibilidades de meter la pata. Este dato ya alienta más que ese 0.00003%. O, viéndolo desde otro ángulo, cada que el jugador selecciona un número tiene 9.33 posibilidades de equivocarse.

Resumiendo, que de todos modos las posibilidades de fallar son muchas, pero, a quienes les digan que es mejor invertir los 30 pesos en algo productivo, arguméntenles que esa cantidad no es mucho, creo que es más cara una cajetilla de cigarros, y, si es verdad que el gobierno no mete mano negra en los resultados, quien quita… quizás algún día, dentro de mucho o dentro muy, muy poco. Se vale soñar, si no se valiera la cantidad de suicidios sería alarmantemente alta.

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